Bueno, pues ya estoy en mi exilio por unos meses, que espero que pasen rápido. Hacía 15 años que no venía por Oxford y apenas recordaba nada, con lo cual casi todo es nuevo para mí. Hay mucho que contar, pero no quiero ser 'cansino' y prefiero ir haciéndolo poco a poco, sin abrumar al personal.
Ayer finalmente partí hacia
London desde la maravillosa terminal nueva del
aeropuerto de
ALC donde todo es propiedad de
Easyjet (salvo dos puntos de facturación). Todo fue un caos a lo grande. El aeropuerto estaba repleto de guiris que habían intentado llevarse todo el sol del Levante y se iban echando humo por el mal tiempo de estos días. Al llegar me encontré con que mi vuelo tenía un retraso de unas cuatro horas y los de la compañía, tan caritativos, me ofrecían irme en el que salía diez minutos antes (?) que tan solo llevaba una hora de retraso. Buen comienzo, ¿no?.
Lo mejor vino después. Creo que a esta compañía le sobra lo del '
easy' en el nombre o bien deberían incluir en el billete un '
take it easy!' porque te sacan de quicio. A las once y pico conseguimos embarcar (cada uno se sienta donde pilla, cosas del
low cost...) y nos encontramos con que ¡faltaba un sitio!. Para colmo vinieron los de seguridad y dijeron que el avión llevaba
sobrepeso, con lo cuál era necesario que cuatro pasajeros abandonasen el avión. Como os podéis imaginar nadie movía el culo del asiento. Solamente dos jóvenes se levantaron porque tenían compensación económica (con lo cuál el billete les salía prácticamente
gratis o ganarían dinero) y para que dos personas más abandonasen el avión hubo que hacer un sorteo. Vamos, que eso era como un reality al estilo '
big brother' estando todos nominados. Yo pensaba que a lo mejor era el destino, que tenía que bajarme de ese avión, porque lo del
sobrepeso me daba mal rollo. Todo era
surrealista. El comandante pidiendo voluntarios, las azafatas parecían tener 16 años, ...De película. Encima cada vez que salía alguien del avión un niño deficiente se levantaba y decía '
one more!' y todo el mundo se reía...
Después de toda esa movida llegué a
Gatwick pasadas las dos de la tarde. '
Fantastic!' , como decía la azafata del avión cada vez que le pagabas lo que te tomabas, y esperé el bus a
Oxford. Descubrí que los ingleses te dicen que el bus tarda dos horas y media para evitar problemas porque luego nos plantamos aquí en una hora y pico. Todo eso conversando con una mujer que venía de Málaga (toda una gamba ella por cierto del sol que había tomado...).
Allí me esperaba mi casero,
Ian, que se portó genial conmigo. Vino a casa, me trajo toda la ropa de cama, toallas y algo de menaje y me llevó a
Tesco (el
Mercadona de aquí) para que hiciera una compra gigante sin necesidad de que tuviese que ir varias veces. Me ayudó a comprar un móvil (00447597921240 por si me queréis mandar mensajitos y dejaros la paga...) y me compró nuevas almohadas, me trajo un televisor, etc. A veces pienso que confío en demasía en la gente, pero siempre acabo teniendo suerte.
Para variar os escribo
gorroneando la red de un vecino que he alcanzado con el portátil.
Hace un tiempo estupendo por estos lares. Hace sol, la gente está en las terrazas y el barrio es de lo más castizo. Esta mañana he comprado el periódico ('the observer') y he dado un paseo por el centro de la ciudad intentando recordar. Ya iré colgando fotos para que veáis que es una ciudad preciosa que incita a estudiar, que al fin y al cabo es a lo que vengo. Apetece entrar a esos edificios tan bonitos que aparecen en películas como '
Maurice', los '
Harry Potter' y otras miles más y ponerse a leer. También he salido a correr por un parque cercano a la universidad donde está mi departamento.
Pero vamos a lo prometido, os presento la nueva casa en plan
Tamara Falcó en sus cotizados reportajes para ¡Hola!. Podéis ver en primer lugar la entrada a la casa. Me encanta la puerta roja. Dentro hay cuatro apartamentos y uno de ellos ya sabéis que es vuestra casa. Os paso fotos del salón, la cocina, la sala de estar y el dormitorio (¿A que la cama de hierro podría dar mucho juego?)....Justo enfrente de la casa está el 'The Ultimate Palace Cinema', un cine super cutre que es la filmoteca de la ciudad (un acierto vivir enfrente, vamos).
Pues eso, '
our house in the middle of our street', como decía la canción de
Maddness. Ya sabéis donde tenéis vuestra casa.
Os echo a todos de menos, sobre todo a la familia, a Don Gustavo, a Doña Luna (hoy he cocinado arroz a la cubana y por inercia he echado más arroz para ella), a Doña
Trini, a Doña
Leia...Que os digo de verdad que estoy cagao y para mí esto es un gran reto. Desde que estuve en Alemania en el 2000 no había salido al extranjero por tanto tiempo...