sábado, 7 de marzo de 2009

Dinner in the High Table of Brasenose College





Ayer fue uno de esos días memorables que será difícil de olvidar. Mi amigo Rui me invitó a una cena en el college al que pertenece, el Brasenose College, uno de los que están situados en los aledaños de Radcliffe Square, uno de los puntos emblemáticos de Oxford, que este año celebra 500 años de historia.


El college se fundó en el siglo XVI y por él han pasado, como en todos, muchos que, por una cosa u otra pasaron a la historia. ¡Madre mía si hablasen esas paredes!. Por el mismo pasó Lord Sidmouth, uno de los primeros ministros del Reino Unido (1801-1804) que no debió pasar a la historia como uno de los grandes. También tuvieron a un Nobel de literatura como Sir William Golding.


Previamente a la cena, que aquí es oficialmente a las 7, había un concierto en la capilla del colegio, una preciosidad por cierto. En la misma está el órgano Wingfield. Una vez terminado el concierto se pasó a uno de los salones del college donde se reúnen todos los académicos y se ponen sus togas antes de que den el aviso para la entrada al hall donde se celebrará la cena. Por supuesto que te tienes que plantar allí con corbata. En este caso yo era uno de los guests a la dinner de ese día y yo tenia que caminar justo delante de quien me había invitado a cenar. El mero hecho de estar en ese salón me ponía super nervioso y solo pude beber un poco de agua antes de la cena. El salón estaba repleto de libros (modernos y antiguos), bonitos cuadros y una chimenea.


Llegó la hora de la cena y entramos al gran Hall del Brasenose. Estaba lleno de cuadros de las personalidades que habían estudiado allí, los fundadores y vetustas mesas, vajillas de plata, candelabros antiguos con sus velas. Mucha solera vamos. Me daba muchísimo pavor sentarme en la High Table (la mesa principal) y casi que prefería estar abajo con los alumnos, estudiantes de doctorado y demás, pero hubo un par de huecos en la mesa y Rui dijo que era mejor ir allí y nos mudamos. A mi derecha estaba alguien que presidía la High Table que era Professor en Oxford pero había estudiado en Cambridge, frente a mí su mujer y la mujer de otro Professor. Al principio los nervios me comían. Menos mal que pronto el buen vino que servían consiguió calmarlos.



El Principal del college, el Professor Roger Cashmore, dió un martillazo en la mesa y uno de los alumnos pronunció las palabras mientras todo el mundo estaba de pié: Oculi omnium spectant in Te, Deus! Tu das illis escas tempore opportuno. Aperis manum Tuam et imples omne animal Tua benedictione. Mensae caelestis nos participes facias, Deus, Rex aeternae gloriae. Amen.



La cena comenzó, y estuvimos hora y pico en la mesa. La cosa fue distendida y hablamos del tema oficial estos días, la regata Oxford-Cambridge que se celebrará el día 27. El Professor que estaba junto a mí me dijo que sus hijos participarían en la regata y que llevaban tiempo preparándose para ello. El rowing es uno de los deportes oficiales de Oxford. Poco a poco mi timidez desaparecía y me completamente integrado en ese mundo. Era como si hubiera viajado siglos en el tiempo.

Terminó la cena en la High Table con un martillazo de nuevo por el Principal. Nos mudamos de nuevo al salón donde un segundo dessert nos esperaba. Había platos con fruta troceada, quesos, bombones y varios licores. Allí tome una copa de Porto y una copa de un whisky escocés único que estaba algo ahumado. No sé los grados que tenía aquello pero os puedo decir que curó mi garganta por completo. En el sofá del salón me enseñaron un libro de apuestas donde la gente después de las cenas hacía apuestas relacionadas con temas políticos y económicos y se notaba, por la escritura, que les daba por hacer eso una vez que habían tomado mas licorcillos de la cuenta.



Pasadas las 10:30 se terminó mi viaje en el tiempo. Salimos de nuevo a High Street. Todo estaba lleno de estudiantes contentillos que iban dirección a las discos y pubs de la calle. En ese momento pensaba en las cosas tan bonitas que tiene esta ciudad, la magia que transmite, como había sido capaz esa noche de hacerme viajar atrás en el tiempo y disfrutar de ese ambiente tan reconfortante.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Menudo sitio tan chulo!
¿ No se siente un poco como Maurice?

Morrison dijo...

Hola, soy un alumno de la facultad de Economía de Murcia. Nunca me has dado clase, pero fuiste padrino en mi graduación, el año pasado. He llegado a este blog por casualidad, y me ha hecho gracia lo de las high tables. Javier Marías las describió en su "Todas las almas" (Uno de mis libros favoritos, te lo recomiendo totalmente si no lo has leído, también tiene una "continuación en la que habla de como reaccionó la ciudad y la universidad a "todas las almas", así como todo el mundillo de la Tayloriana. ¿Son de verdad tan rocambolesca como dicen?

Un saludo